jueves, 25 de marzo de 2010

Atención... ha vuelto el HAMPA...

Amigos... el HAMPA ha vuelto... pero no os preocupéis... no se trata de ninguna asociación terrorista ni nada por el estilo... el nuevo HAMPA es la Honorable Agrupación de Montañeros Parameses y Astures...



Somos un grupo de amigos, que nos conocemos desde casi la incubadora, y cada uno de su madre y de su padre, pero con una pasión que nos une... nuestro amor por la naturaleza y por la montaña...




Así también de la gastronomía de los lugares a los que vamos... Nos da igual... Arrasamos con todo allí por donde pasamos... Pero no tengáis miedo... somos gente pacífica... eso sí, un poco zumbados y echados "palante"... Le ponemos gónadas a todo lo que hacemos..., y pobre de aquel de nosotros que diga "a que no hay huevos de..." que lo acabamos haciendo todos... "sí o sí"... sin importarnos que haga frío o calor... buen tiempo o malo... se hace y punto. Pero eso sí, sin estupideces y con la necesaria precaución.




Y para finalizar la presentación de esta "Honorable" agrupación decir simplemente que... si alguna vez preconocéis nuestro logo en alguna mochila o forro polar no dudéis en hablar con nosotros sobre cualquier tema que queráis... eso si... no nos pidáis de momento mucha información en cuanto orientación con la brújula en caso de niebla porque de momento estamos un poco verdes... ¿no es así compañeros? (je,je,je)... pero prometemos mejorar...





Pronto publicaré la primera actividad realizada como Agrupación reconocida... Estad atentos...

miércoles, 3 de marzo de 2010

Un paseo por el Curueño.

El fin de semana pasado saldé en una pequeñísima parte una deuda que tenía con la montaña central de la provincia de León. La idea inicial era realizar el ascenso a la Peña Santa Eugenia (1.649 m), desde la localidad de Arinteros, una ascensión preciosa en la cual podría haber disfrutado de unas vistas preciosas, recorrer todo un cordal, y todo ello en unas 3 horas de ruta. Esta ruta la descubrí en el libro Montañas de León (I) de Amando Represa Fernández, libro que aconsejo a todo excursionista que acuda con asiduidad a la montaña leonesa, ya que vienen explicadas 50 rutas por toda la Cordillera Cantábrica leonesa con una caridad y cercanía muy adecuadas a todos aquellos que quieran realizar montaña sabiendo a lo que se enfrenta de antemano. Pero vamos a continuar con lo sucedido, ya que parece que me voy a sacar comisión del libro (je, je, je...) Una vez que accedí al hermoso pueblo de Arintero me di cuenta que ese día no iba a poder alcanzar la cumbre deseada, ya que ese día tuve que salir al monte solo, la ruta al ser cara norte estaba completamente helada y encima no había cobertura para poder hacer cualquier llamada de emergencia que no fuese el 112, por lo que la prudencia me aconsejó dejarlo para otro día y así poder volver a tener una excusa para conocer más a fondo este bello pueblo. Aún así pude hacer una buena cantidad de fotucas...



Peña Santa Eugenia desde el bonito pueblo de Arintero.


Famosa Forqueta de Arintero. La "Brecha de Roland" leonesa. Más conocida desde la perspectiva existente desde el pantano del Porma.

Pero he de reconocer que el desánimo cundió un poco en mi interior... hacía demasiado tiempo que no podía salir al monte y me encontraba que hoy tampoco iba a poder ser, pero de repente pasó por mi mente todo el conjunto de maravillas que todavía podía llegar a ver... hacía poco tiempo que mis colegas de monte, con los que practico el "monañerismo" habían subido a la Peña Valdorria, y también de paso, mi amiga bloggera Sara hacía poco tiempo que visitaba la Ermita del patrono de León, San Froilán, existente en la base de dicho monte, en el idílico pueblo de Valdorria, y de paso podría pasar a ver la famosa Cascada de Nocedo..., ostras.... no podía perder más tiempo... así que me monté rápidamente en el coche y me encaminé en primer lugar hacia Valdorria...

Pero antes de contar lo que allí sucedió no puedo más que poner una serie de fotos que me parecen de lo más bonitas... En primer lugar el Pico Bodón llegando al cruce de Lugueros con Nocedo de Curueño... Simplemente alucinante e imponente... Alguna vez habrá que intentar su cumbre...


La siguiente cumbre desconozco su nombre, pero la verdad es que me impresionó sobremanera. Su cumbre piramidal me dio la impresión de ser muy pero que muy complicada de ascender, al menos desde esta situación...


Una vez atravesadas las Hoces de Valdeteja primero accedo a la Cascada de Nocedo, en la cual se muestra claramente el proceso de erosión del agua en la roca creando una hermosa cola de caballo digna de visita por cualquier persona que acceda a la zona.



Entrada a la Cascada de Nocedo o Valdorria.



Cascada de Nocedo.

Después de disfrutar largamente en este idílico lugar pongo rumbo a la localidad de Valdorria, a través de una carretera que deja mucho que desear (no todo iba a ser bueno, !qué 4 kilómetros más largos se me hicieron¡) y la verdad es que el esfuerzo mereció la pena. Se trata de un pueblo con muchas posibilidades a la hora de hacer senderismo, puedes ir a ascender Peña Valdorria, puedes hacer la travesía que da acceso a Valdeteja, puedes visitar la Ermita de San Froilán... es decir, el lugar perfecto para pasar allí una semana de vacaciones en sus alojamientos rurales sin parar ni un solo momento de disfrutar de la naturaleza...



Valdorria y Peña Valdorria desde la Hermita de San Froilán.

El acceso a la Ermita se hace de forma rápida y fácil, dirigiendo mis pasos hacia los riscos que hay dirección sur del pueblo, llegué a la misma en poco más de 10 minutos, salvando previamente una serie de escalones tallados en la roca que la gran mayoría de ellos están ya desintegrados por el paso de la gente en su transcurrir hacia la ermita, la leyenda dice que en su día debía de haber unos 365 de ellos, tantos como días tiene el año, pero actualmente no creo que se llegue a la mitad ni por aproximación...


Ermita de San Froilán en el alto del risco...

Durante estos 10 minutos no me cansé de hacer fotos y disfrutar de las vistas, ya que la mezcla entre la roca y la nieve recién caída hacía destacar aún más las siluetas, los accidentes geomorfológicos y los caprichosos pliegues de las montañas...



La Ermita en si es de un tosco estilo románico, sin prácticamente ninguna ventana para poder observar su interior y con una muy escasa ornamentación, al parecer debió ser destruida durante la guerra civil en su mayor parte, siendo otra vez reconstruida con posterioridad. Como en todo buen pueblo que se precie su construcción tiene también su leyenda, y es que al parecer el Santo la quiso construir él mismo con la única ayuda de un burro... mientras esto sucedía un lobo se debió de comer al burro y el Santo como castigo le obligó a cargar con las piedras hasta poder acabar la construcción del mismo... una leyenda simpática y que hace todavía más atractiva la visita a este pequeño pero acogedor santuario...




Y va tocando poner fin a la entrada, despidiendome así de las tierras del Curueño hasta dentro de no mucho tiempo, no sin antes destacar uno de sus puntos fuertes y no es más que la maravillosa gastronomía que puedes disfrutar por la zona, tanto en Valdorria, como en Nocedo, como en Valdeteja o Lugueros hay una serie de restaurantes o bares (a cual mejor) en los cuales poder disfrutar de la gastronomía típica de la zona. Prometo la próxima vez que acuda por la zona a hacerme alguna de sus cumbres darme el merecido homenaje y así poder saborear mejor la meta alcanzada...

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