Distancia: 17,31 km.
Desnivel: Unos 1.000 metros aproximadamente.
Dificultad: Media.
Mejor época para realizarla: Primavera, verano y otoño. En invierno es imprescindible realizarla con el correspondiente material (crampones, raquetas, ropa de abrigo, etc), ya que aunque no es una ruta con una especial dificultad técnica sí puede presentar complicaciones en las cuales se hiciese indispensable este tipo de material.
El punto de partida de la ruta es la localidad leonesa de Portilla de la Reina, para llegar a la misma hay que acceder a través de la N-601 a la localidad de Mansilla de las Mulas, una vez allí coger el desvío que nos lleva a través de la N-625 hasta la localidad de Cistierna y una vez atravesamos la misma, por la N-621 iremos dirección Riaño y pasado el mismo llegaremos por fin a Portilla de la Reina.
Calar de Corcadas visto desde el inicio de la ruta.
Actividad realizada al inicio de la primavera, por lo cual disfrutamos de la estación en su máximo apogeo, el inicio de la actividad lo realizamos a la salida de Portilla, por la LE-243 dirección hacia el Puerto de Pandetrave, indicar que los 4 primeros kilómetros de la actividad los realizaremos por carretera asfaltada hasta que alcancemos el Puente de San Martino, donde deberemos de cruzar el mismo (está situado a la izquierda a través de un camino ganadero, no tiene pérdida) y así nos adentraremos en los prados de Ceranzo
Chozo de pastores situado en los prados de Ceranzo.
Los primeros kilómetros que transitaremos a través de un amplio camino ganadero iremos a la vera del río Ceranzo, el cual atravesaremos varias veces, pero sin ningún problema, ya que hay una serie de puentes que nos permiten cruzarlo sin ningún tipo de riesgo...
Puentes sobre el río Ceranzo.
La siguiente fotografía nos indica el último de los puentes que tendremos que cruzar para así adentrarnos en los prados de Susiella y así poder acceder a la Collada de Susiella situada a 1.686 m.
En la anterior fotografía en rojo indico el camino a seguir una vez terminada la pista ganadera para dirigirnos a la Collada Susiella, ya que hay gran cantidad de trochas realizadas por el abundante ganado existente en esta zona y que nos puede equivocar de cual es el camino a seguir muy fácilmente.
Peña Gabanceda imponente desde los pastos de Susiella.
Hasta llegar a los pastos de Susiella decir que la actividad es muy sencilla, ya que en algo más de 7 km no hemos subido más que 300 metros de desnivel y todo en un primer lugar por carretera y luego por una buena pista, pero a partir de aquí las cosas van a cambiar, ya que como en muchas otras oportunidades tendremos que hacer caso de nuestro instinto y del sentido común para poder alcanzar nuestro objetivo... a lo que hay que añadir los más de 600 metros de desnivel que vamos a tener que salvar en poco más de un kilómetro, pero una vez alcanzada la Collada indicar que a partir de aquí sí que será recomendable seguir los senderitos que nos iremos encontrando para así poder alcanzar nuestros objetivos.
Vistas desde la collada...
De izquierda a derecha: Gabanceda, Torre del Friero y Torre Salinas.
A partir de aquí iniciaremos un ascenso no muy duro pero continuo hasta llegar a otro pequeño colladín desde donde atacaremos el primero de nuestros objetivos; la Panda (2.048 m), una fuerte pala de más de 300 metros de desnivel y que se hace realmente duro... en la siguiente foto un servidor poco antes de llegar a la citada colladina y al fondo la mole de la Panda.
Edu... el Toro de Huelde, en pleno esfuerzo subiendo a la Panda...
Últimos metros antes de alcanzar la cumbre...
Y finalmente cumbre, 2.048 m, y al fondo se puede observar la cumbre del Calar de Corcadas con su vértice geodésico (2.050 m).
¿No os suenan esos 2 "arbolitos"? Son .os de la tercera fotografía... la verdad es que las vistas desde la cumbre eran simplemente espectaculares.
La cresta que hay hasta el Calar de Corcadas es simplemente impresionante, y me lo puedo imaginar como será la misma cargada de nieve... para los apasionados del ski fuera de pista debe ser acojonante la bajada hasta los pastos de Susiella...
Disfrutamos de las vistas y del cresteo y en pocos minutos alcanzamos el segundo de nuestros objetivos, el Calar de Corcadas (2.050 m). En el cual había que hacerse la correspondiente foto de cumbre.
El Toro y yo en la cumbre del Calar de Corcadas (2.050 m).
Aquí paramos a descansar y a dar uso de nuestro respectivos refrigerios para así recuperar fuerzas, deleitándonos con las vistas que teníamos a nuestro alrededor, como por ejemplo los 2 principales colosos de Fuentes Carrionas, el Pico Murcia (2.350 m) y el Espigüete (2.451) el primero de los cuales alcanzamos su cima a finales de julio, pero ese será otro reportaje....
Pero había que continuar con la ruta, y seguimos la misma continuando el cresteo. Hay que decir que éste se debe de realizar con el mayor cuidado posible, debido a la existencia de mucha roca suelta y que si no se prestaba la debida atención podría habernos producido algún que otro disgusto, pero no hay porqué meter miedo innecesario, ya que con las debida prudencia disfrutamos del mismo y de las vistas como enanos...
Parte más complicada del descenso del Calar de Corcadas.
Peña Gabanceda empequeñecida ante las moles de Picos Torre Bermeja y Torre Santa.
Torre del Friero emerge entre las nubes a mitad de descenso.
Cresta pateada una vez iniciado el descenso del Calar.
Un servidor satisfecho por el montañón ascendido.
El descenso lo realizamos por la zona conocida como la Sillada del Gallo, y es un mirador perfecto de todo el cordal del Calar de Corcadas, conocida también como la Nave Varada, ya que se asemeja a una nave encallada en medio de todas las moles calizas que le rodean...
Y nos dirigimos hacia el arroyo Majadavieja a través de esa bella pradería...
Y continuamos el descenso hacia las Peñas de la Hoz, un conjunto de rocas erosionadas por el arroyo Majadavieja y que forman una modesta pero a su vez muy atractiva Foz que nos hizo las delicias y una sorpresa que no esperábamos para concluir la actividad...
Entrada a la Foz.
El arroyo Matalavieja oradando la peña.
Y pasando la Hoz a los pocos metros concluimos la ruta llegando a la localidad de Portilla de la Reina, con la sonrisa puesta y saboreando una actividad que nos ha dejado muy buen sabor de boca.
En definitiva una actividad muy bonita, con muchas alternativas, comenzando por carretera asfaltada, pasando por caminos ganaderos y teniendo además más de una zona prácticamente sin pisar, pero sin ninguna posibilidad de estravío, ya que el objetivo está siempre presente ante nuestros ojos... totalmente recomendable y apta para cualquier persona con un mínimo de capacidad física y eso sí, sobre todo en el descenso, sin que sufra de mucho vértigo, ya que éste en la bajada le puede pegar más de un sustillo, pero nada que no se pueda superar... al menos en esta actividad.