Distancia: 14 km.
Desnivel: Unos 700 m.
Desnivel: Unos 700 m.
Duración: 6 horas en invierno. En otra estación se puede realizar en 5 horas (sin descansos).
Dificultad: En invierno alta (si no vas con el material necesario). En otra estación media.
Mejor época para realizarla: Primavera-verano-otoño. En invierno ojo con los aludes.
La montaña siempre nos da lecciones y nos pone a cada uno en nuestro sitio. Da igual las cumbres que te hayas subido con anterioridad, que cada ascensión es completamente diferente a la realizada la semana anterior, y en este caso mi amigo Eduardo y yo pecamos de confianza y prepotencia, cosa que nunca se debe de tener en la montaña, y pecamos de ella porque confiamos demasiado en nuestras posibilidades sin darnos cuenta de que la montaña es nuestra amiga, pero nunca te puedes fiar de ella, porque nunca te va a perdonar el más mínimo fallo.
¿Cuál fue nuestro pecado? Pensar que por mucha nieve que hubiese a nosotros no podía pasarnos nada... Y gracias a dios nada nos pasó... pero pudo pasarnos, ya que ibamos demasiado mal preparados para la cantidad de nieve que había. Desde aquí dar las gracias a nuestro amigo Serbal, que siempre nos ha avisado de cual es el tipo de material que hay que llevar a la montaña. Es triste tener que aprender a "golpes", pero creo que hemos aprendido la lección...
Y después del "mea culpa" particular voy a pasar a relatar la jornada... Era nuestro primer dia de raquetas, ya que las habíamos comprado excasos días antes, así que comenzamos nuestra ruta desde el parking situado en el puerto de Panderruedas, como podeis observar la cantidad de nieve que hay es impresionante... Y las imágenes obtenidas de Torre Bermeja dejan sin palabras...
Sobre la una de la tarde y una vez conseguimos calzarnos las raquetas nos metimos directamente por la derecha siguiendo los pasos de otros "raqueteros" que pensamos que habían hecho nuestra misma ruta y nos dirigimos entre el robledal hacia una collada a la que alcanzamos fácilmente siguiendo un tendido eléctrico y desde cuya cima tuvimos las primeras vistas de nuestro objetivo. El Gildar... Y a la derecha Peña Cebolleda...

Y yo como un niño con "raquetas" nuevas con todo el cordal que anduvimos y con nuestro objetivo al fondo desafiándonos...

Hacia el oeste las vistas tampoco desmerecían en absoluto... Se pueden observar completamente nevados Peña Ten y Pileñes entre otras...

Y qué decir de las estupendas vistas que teníamos de todo el macizo... Jamás lo había visto con tanta cantidad de nieve.

Y aquí es donde comenzaron nuestros problemas, nos comenzamos a mosquear cuando vimos que los que habían raqueteado antes que nosotros nada más acabar el primer cordal bajaron por el mismo en dirección hacia el río cares... pero nosotros continuamos hacia el Gildar... Y comenzamos a darnos cuenta de que las raquetas más que beneficiarnos lo que hacían eran perjudicar nuestro avance... El alto porcentaje de desnivel, junto con la lateralidad de la ruta que realizamos y la nieve pastosa que nos tocó pisar provocó que en varias ocasiones estuviésemos a punto de deslizarnos ladera abajo... Aquí un ejemplo del terreno con el Gildar al fondo...

Pero no caímos en el desánimo y continuamos hacia delante...

Pero aquí llegamos al segundo gran error de la jornada.... no calcular bien el tiempo... Debido a que salimos a la 1 de Panderruedas y lo pastosilla y complicada que estaba la nieve cuando logramos llegar a el punto donde todas las informaciones indican que es el circo del nacimiento del río Cares (disculpas si no es así) y a escasos 150 m de desnivel del Gildar a las 3:35 de la tarde... La prudencia nos dijo que lo más adecuado era parar aquí a reponer fuerzas y admirar el paisaje, ya que como mínimo nos quedaba media hora hasta la cumbre y seguramente nos harían falta los crampones que no poseíamos, por lo cual desistimos con gran pesar de llegar a la cumbre... Aún así no paramos de disfrutar del paisaje... Circo del Cebolleda...

Y el Gildar... Lo más cercano que pudimos estar de su cumbre...

Pero la montaña nunca te decepciona... Y siempre te dejará una segunda oportunidad para que puedas alcanzar una cumbre que por lo que sea no hayas podido alcanzar y siempre te obsequiara con algún paisaje único que guardarás para siempre en la retina... por eso me gusta la montaña.

Y nos volvimos por el mismo camino por el que fuimos, con una sensación agridulce, pero sabiendo que hicimos lo correcto y citando al Gildar para una próxima revancha cuando tengamos una climatología más propicia.