Famosa Forqueta de Arintero. La "Brecha de Roland" leonesa. Más conocida desde la perspectiva existente desde el pantano del Porma.
Pero he de reconocer que el desánimo cundió un poco en mi interior... hacía demasiado tiempo que no podía salir al monte y me encontraba que hoy tampoco iba a poder ser, pero de repente pasó por mi mente todo el conjunto de maravillas que todavía podía llegar a ver... hacía poco tiempo que mis colegas de monte, con los que practico el "monañerismo" habían subido a la Peña Valdorria, y también de paso, mi amiga bloggera Sara hacía poco tiempo que visitaba la Ermita del patrono de León, San Froilán, existente en la base de dicho monte, en el idílico pueblo de Valdorria, y de paso podría pasar a ver la famosa Cascada de Nocedo..., ostras.... no podía perder más tiempo... así que me monté rápidamente en el coche y me encaminé en primer lugar hacia Valdorria...
Pero antes de contar lo que allí sucedió no puedo más que poner una serie de fotos que me parecen de lo más bonitas... En primer lugar el Pico Bodón llegando al cruce de Lugueros con Nocedo de Curueño... Simplemente alucinante e imponente... Alguna vez habrá que intentar su cumbre...
La siguiente cumbre desconozco su nombre, pero la verdad es que me impresionó sobremanera. Su cumbre piramidal me dio la impresión de ser muy pero que muy complicada de ascender, al menos desde esta situación...
Una vez atravesadas las Hoces de Valdeteja primero accedo a la Cascada de Nocedo, en la cual se muestra claramente el proceso de erosión del agua en la roca creando una hermosa cola de caballo digna de visita por cualquier persona que acceda a la zona.
Entrada a la Cascada de Nocedo o Valdorria.
Cascada de Nocedo.
Después de disfrutar largamente en este idílico lugar pongo rumbo a la localidad de
Valdorria, a través de una carretera que deja mucho que desear (no todo iba a ser bueno, !qué 4 kilómetros más largos se me hicieron¡) y la verdad es que el esfuerzo mereció la pena. Se trata de un pueblo con muchas posibilidades a la hora de hacer senderismo, puedes ir a ascender
Peña Valdorria, puedes hacer la travesía que da acceso a
Valdeteja, puedes visitar la Ermita de
San Froilán... es decir, el lugar perfecto para pasar allí una semana de vacaciones en sus alojamientos rurales sin parar ni un solo momento de disfrutar de la naturaleza...

Valdorria y Peña Valdorria desde la Hermita de San Froilán.
El acceso a la Ermita se hace de forma rápida y fácil, dirigiendo mis pasos hacia los riscos que hay dirección sur del pueblo, llegué a la misma en poco más de 10 minutos, salvando previamente una serie de escalones tallados en la roca que la gran mayoría de ellos están ya desintegrados por el paso de la gente en su transcurrir hacia la ermita, la leyenda dice que en su día debía de haber unos 365 de ellos, tantos como días tiene el año, pero actualmente no creo que se llegue a la mitad ni por aproximación...
Ermita de San Froilán en el alto del risco...
Durante estos 10 minutos no me cansé de hacer fotos y disfrutar de las vistas, ya que la mezcla entre la roca y la nieve recién caída hacía destacar aún más las siluetas, los accidentes geomorfológicos y los caprichosos pliegues de las montañas...
La Ermita en si es de un tosco estilo románico, sin prácticamente ninguna ventana para poder observar su interior y con una muy escasa ornamentación, al parecer debió ser destruida durante la guerra civil en su mayor parte, siendo otra vez reconstruida con posterioridad. Como en todo buen pueblo que se precie su construcción tiene también su leyenda, y es que al parecer el Santo la quiso construir él mismo con la única ayuda de un burro... mientras esto sucedía un lobo se debió de comer al burro y el Santo como castigo le obligó a cargar con las piedras hasta poder acabar la construcción del mismo... una leyenda simpática y que hace todavía más atractiva la visita a este pequeño pero acogedor santuario...



Y va tocando poner fin a la entrada, despidiendome así de las tierras del Curueño hasta dentro de no mucho tiempo, no sin antes destacar uno de sus puntos fuertes y no es más que la maravillosa gastronomía que puedes disfrutar por la zona, tanto en Valdorria, como en Nocedo, como en Valdeteja o Lugueros hay una serie de restaurantes o bares (a cual mejor) en los cuales poder disfrutar de la gastronomía típica de la zona. Prometo la próxima vez que acuda por la zona a hacerme alguna de sus cumbres darme el merecido homenaje y así poder saborear mejor la meta alcanzada...